Las horas que anteceden a la noche linda son muy ajetreadas, Esos días no importan las luces y las lentejuelas. Lo que interesa es aprenderse los pasos para que, en el momento importante, no se dé uno en falso que pueda perjudicar, en unos segundos, el trabajo arduo de meses.
Tampoco importan mucho los tacones, aunque muchas prefieren ir a los ensayos del Miss Venezuela subidas en unos zancos porque así pueden calibrar mejor cómo manejarse en el escenario, sobre todo si tiene escalones.
Obviamente, las sesiones encaramadas a 10 o 15 centímetros del piso pueden resultar, aunque buenas para las batatas, particularmente agotadoras y algo sufridas para la columna.
Lo cierto es que los ensayos para la gala final de la noche tan linda comienzan tres semanas antes del concurso, dos o tres veces a la semana, pues las participantes deben atender otros compromisos para su preparación.
No obstante, según se acerque la fecha final los ensayos se intensifican, pues hay que minimizar los riesgos que impidan que todo quede bien.
A diferencia de las candidatas al Miss Venezuela Mundo, las del Miss Venezuela tienen muchos bailes que aprenderse, pues no se trata solo de la gala de coronación. Hay que fajarse para el día de selección, después para la Presentación a la Prensa, más adelante para la Gala Interactiva y finalmente para la más linda.
El denominador común es adecuarse a las indicaciones que dan los encargados de la elección: Ricardo di Salvatore, Érik Simonatto y Vicente Alvarado y a las órdenes de Érik Merchán, el coreógrafo, quien no solo se encarga de los bailes en los números principales, sino, en ocasiones, de “montar” los desfiles y el paso de las candidatas por el escenario sin tropezarse. Aunque a veces eso no se logra, por lo menos se hace el intento.
Las más “sordas” son enviadas para la parte de atrás del escenario para no deslucir el espectáculo. Eso sí, desde el puesto de control los productores, apoyados en Osmel Sousa, el presidente de la Organización Miss Venezuela, insisten en que hay que mantener la sonrisa. Para algo los odontólogos que trabajan con la OMV gastan sus recursos.
Como se refirió antes, las escaleras son el dolor de cabeza. Más de una ha rodado y hasta con esguinces han terminado otras, quienes deben sobreponerse al momento y volver, en lo que el médico lo permita, a emperifollarse para continuar ensayando.
Esos momentos sirven para afinar detalles de pasarela (Gisselle Reyes está siempre mosca) y hasta para practicar la ronda de preguntas.
Tampoco importan mucho los tacones, aunque muchas prefieren ir a los ensayos del Miss Venezuela subidas en unos zancos porque así pueden calibrar mejor cómo manejarse en el escenario, sobre todo si tiene escalones.
Obviamente, las sesiones encaramadas a 10 o 15 centímetros del piso pueden resultar, aunque buenas para las batatas, particularmente agotadoras y algo sufridas para la columna.
Lo cierto es que los ensayos para la gala final de la noche tan linda comienzan tres semanas antes del concurso, dos o tres veces a la semana, pues las participantes deben atender otros compromisos para su preparación.
No obstante, según se acerque la fecha final los ensayos se intensifican, pues hay que minimizar los riesgos que impidan que todo quede bien.
A diferencia de las candidatas al Miss Venezuela Mundo, las del Miss Venezuela tienen muchos bailes que aprenderse, pues no se trata solo de la gala de coronación. Hay que fajarse para el día de selección, después para la Presentación a la Prensa, más adelante para la Gala Interactiva y finalmente para la más linda.
El denominador común es adecuarse a las indicaciones que dan los encargados de la elección: Ricardo di Salvatore, Érik Simonatto y Vicente Alvarado y a las órdenes de Érik Merchán, el coreógrafo, quien no solo se encarga de los bailes en los números principales, sino, en ocasiones, de “montar” los desfiles y el paso de las candidatas por el escenario sin tropezarse. Aunque a veces eso no se logra, por lo menos se hace el intento.
Las más “sordas” son enviadas para la parte de atrás del escenario para no deslucir el espectáculo. Eso sí, desde el puesto de control los productores, apoyados en Osmel Sousa, el presidente de la Organización Miss Venezuela, insisten en que hay que mantener la sonrisa. Para algo los odontólogos que trabajan con la OMV gastan sus recursos.
Como se refirió antes, las escaleras son el dolor de cabeza. Más de una ha rodado y hasta con esguinces han terminado otras, quienes deben sobreponerse al momento y volver, en lo que el médico lo permita, a emperifollarse para continuar ensayando.
Esos momentos sirven para afinar detalles de pasarela (Gisselle Reyes está siempre mosca) y hasta para practicar la ronda de preguntas.
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