Ella ique le pidió que esa noche de su boda no quería changa, ni reggaeton, ni valses, mucho menos boleros, sino vallenato. Por eso le sugirió a su papacito que trajera al colombiano Jorge Celedón. El novio hizo el contacto con el manager del vallenatero, quien le dijo que con el mayor gusto pero que por un concierto privado Celedón cobra apenas 25.000 dólares. El novio raudo y veloz le dijo: “¡No hay problema!”. Y fue así como Celedón decidió cancelar, bueno él no, su manager, un concierto que debía dar en El Paso, Texas y por el cual cobraría la suma de 15.000 dólares. Celedón tocará 4 sets, de 45 minutos cada uno.
Otro que no cobra en dólares pero que ya se cotiza muy bien es Víctor Drija, quien seguro les estará regalando a los novios los pasitos del “Uno, dos, tres”. Celedón estará en una tarima y Drija en la otra, luego a la de Víctor se subirán otros artistas que irán por intercambio. También supe que Rausseo hizo un cambalache con el almacén “Pronovias”, ubicado en la exclusiva urbanización Las Mercedes, en Caracas. Aunque ella vociferó entre sus panas que varios diseñadores del patio, entre ellos Giovanni Scutaro, se ofrecieron vestirla esa noche como una verdadera reina, lo cierto es que Melissa se fue sobreseguro y lucirá un traje de alta costura, bueno, alguno de los que consiga en la tienda ya citada, y con este cuento del dólar que subió 47%, me imagino que un vestidito básico conseguirá para esa noche de su casamiento.
También me enteré que la Melissa y su equipo quieren botar la casa por la ventana y destronar la gran boda del año, que resultó aquella donde se casaron la cantante Liz Freites con el difunto Raúl Quero, en marzo de 2008. Liz cerró durante dos días el hotel Eurobuilding y llevó a casi 1.500 invitados a su sarao, donde hubo 4 estaciones de comida y en los baños había perfume para bañar yeguas. Ahora Rausseo prometió, por este puñado de cruces, que copiará e intentará superar aquel hermoso enlace. Desde aquí le deseamos mil felicidades a los novios. Ah tampoco habrá tequeños porque le restarían glamour al ágape y mucho menos torta. Sólo una mesa llena de dulces criollos como : majarete, cagalera, conserva de guayaba, de coco y leche.
