La reina Isabel II presidirá la apertura de los Juegos Olímpicos, este viernes en Londres, por segunda vez en su vida, ya que también fue la encargada de abrir oficialmente la edición de 1976, en Montreal, como jefa del Estado de Canadá, una excolonia británica.
Esa circunstancia, en un país de la
Commonwealth, permitió a la reina, que entonces tenía 50 años y ahora
86, vivir una experiencia que ya tuvo el honor de disfrutar su padre,
Jorge VI, que fue quien protagonizó la apertura en la ceremonia de los
últimos Juegos que había vivido Londres, en el año 1948.
Su abuelo, Eduardo VII, fue quien
inauguró la primera de las tres ediciones otorgadas a Londres, en 1908,
cuando los Juegos eran apenas un proyecto con doce años de vida y
estaban muy lejos de ser el evento mundial consolidado que es en la
actualidad.
En aquella ocasión, el acto tuvo lugar
en el viejo Wembley y ahora el marco será el nuevo estadio Olímpico que
se ha construido para esta ocasión y que constituye el corazón de la
nueva edición de los Juegos.
El Palacio de Buckingham confirmó que la
reina estará acompañada por su marido, Felipe de Edimburgo, que también
participó en la inauguración de unos Juegos Olímpicos, los de
Melbourne-1956, en Australia, otra excolonia británica miembro de la
Commonwealth.
La reina y su marido también tienen
previsto inaugurar los Juegos Paralímpicos, que también tendrán lugar en
Londres y cuya apertura está prevista para el 29 de agosto, también en
el estadio Olímpico.
La presencia de la familia real
británica será otro de los atractivos de la competición, ya que se
espera que den su apoyo a los atletas durante la competición otros
miembros destacado de la familia Windsor, como Carlos, heredero y
príncipe de Gales, o los duques de Cambridge, Guillermo y su esposa
Catalina.
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