LE PASARON FACTURA: Comenzamos este cotilleo missérico con algunos detallazos que ocurrieron horas antes de conocerse el nombre de la nueva soberana de la belleza criolla. Mi libélula “La Sayona” me contó que durante el ensayo final del Miss Venezuela 2015, los llamados “Tres Mosqueteros”, marcaron los cuadros musicales y también hicieron mucho énfasis en el desfile de las misses.
La voz cantante salía desde un estrado del estudio de Sábado Sensacional, donde estaba apoltronado el señor Ricardo Di Salvatore, mandando más que dinamo y gritando como vendedor de boleto en terminal de pasajeros. Todo marchaba “normal”, cuando a Mariangel Ruiz, se le ocurrió la brillante idea de mostrar uno de sus diseños para la respectiva prueba de cámara. Me cuenta “La Sayona” que “El Pollo” Simonato, le habría dicho a la animadora: “Qué es eso muchacha, no puedes usar ese vestido”. Al parecer, cuando el productor se enteró que ese modelito lo había confeccionado Douglas Tapia, echó para atrás el diseño, que en honor a la verdad, me juran mis libélulas que era una braga negra, confeccionada en maya, plagada de cristales originales y de paso, le quedó estupenda.
Ese diseño mantuvo ocupado durante tres semanas al creador zuliano, bordando y pegando piedras como loco. Ante la negativa la exvecina de “Mata Redonda”, le preguntó a Simonato porque no podía utilizar el vestido de Tapia. Comenzaron las llamadas, espera a ver qué pasa, entre otras excusas. Al final llegó una respuesta negativa del piso cuatro. Al parecer, le pasaron factura a Tapia ya que al modisto se le abrió las agallas con el precio de los modelitos que confeccionó para Maira Alexandra Rodríguez y Yuvanna Montalvo, quienes participaron en el openig del show.
Me cuentan que este desagradable incidente molestó a Mariangel, quien tuvo que decirle a Tapia que lamentablemente no podía usar su vestido por orden de la producción. Pero eso no quedó allí porque este chisme me lo completó “La Andinita Coplera”, -qué con su carita de yo no fui, es bien cuentera- ella escuchó cuando llamaron de emergencia a Nidal Nohuaied, otro zuliano para que le hiciera un traje express a la guapa Mariangel. Sería por eso el diseñador más rococó, lo vieron ayer con profundas ojeras. Jose Gregorio Ortiz
La voz cantante salía desde un estrado del estudio de Sábado Sensacional, donde estaba apoltronado el señor Ricardo Di Salvatore, mandando más que dinamo y gritando como vendedor de boleto en terminal de pasajeros. Todo marchaba “normal”, cuando a Mariangel Ruiz, se le ocurrió la brillante idea de mostrar uno de sus diseños para la respectiva prueba de cámara. Me cuenta “La Sayona” que “El Pollo” Simonato, le habría dicho a la animadora: “Qué es eso muchacha, no puedes usar ese vestido”. Al parecer, cuando el productor se enteró que ese modelito lo había confeccionado Douglas Tapia, echó para atrás el diseño, que en honor a la verdad, me juran mis libélulas que era una braga negra, confeccionada en maya, plagada de cristales originales y de paso, le quedó estupenda.
Ese diseño mantuvo ocupado durante tres semanas al creador zuliano, bordando y pegando piedras como loco. Ante la negativa la exvecina de “Mata Redonda”, le preguntó a Simonato porque no podía utilizar el vestido de Tapia. Comenzaron las llamadas, espera a ver qué pasa, entre otras excusas. Al final llegó una respuesta negativa del piso cuatro. Al parecer, le pasaron factura a Tapia ya que al modisto se le abrió las agallas con el precio de los modelitos que confeccionó para Maira Alexandra Rodríguez y Yuvanna Montalvo, quienes participaron en el openig del show.
Me cuentan que este desagradable incidente molestó a Mariangel, quien tuvo que decirle a Tapia que lamentablemente no podía usar su vestido por orden de la producción. Pero eso no quedó allí porque este chisme me lo completó “La Andinita Coplera”, -qué con su carita de yo no fui, es bien cuentera- ella escuchó cuando llamaron de emergencia a Nidal Nohuaied, otro zuliano para que le hiciera un traje express a la guapa Mariangel. Sería por eso el diseñador más rococó, lo vieron ayer con profundas ojeras. Jose Gregorio Ortiz
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