Faltan 8 días para conocer el nombre de la nueva soberana nacional y los ánimos ya están elevados. El tema de las misses parece invadir la televisión, la prensa y cualquier lugar donde la ama de casa, la ejecutiva, la estudiante y la gerente suela pasar; aunque ya se ha demostrado que de “miss” también hablan los hombres. Las redes sociales dejan ver que los caballeros hacen fiesta con estos concursos. Así que la palabra machismo sobra en este campo.
“La temporada de las misses se roba el show en los medios de comunicación. Es que toda la programación de Venevisión apunta hacia el Miss Venezuela. Hasta La Bomba (Televen), y algunos espacios de La Tele o E! Entertainment Televisión promocionan el certamen como si fueran productos de ellos, cuando antes era competencia. Es algo que está muy arraigado al venezolano. En los últimos años, el uso de las redes sociales acercó más al público a las candidatas, todo se vuelca hacia ellas en estos meses, las publicidades, las revistas, todo es de misses”, expresa vía telefónica a PANORAMA Luis Ugueto, mánager y representante de artistas nacionales.
Para muchos, el Miss Venezuela es un concurso más de belleza, para otros tantos una industria capaz de generar millones de bolívares y puestos laborales. Quienes siguen el certamen por años lo ven como parte de la cultura pop del venezolano.
“En nuestro país se le rinde culto a los deportistas, cantantes y por supuesto que a las misses. Todas se convierten en iconos, de la televisión y del medio artístico en general. El público las idealiza, son las mujeres perfectas para la audiencia, luchadoras, emprendedoras, y además, hermosas. Ellas, sin duda, se convierten en un patrón. He visto que hay mucho interés por las reinas de belleza, pero antes era mayor el furor, había realmente una manía, un boom, mucho fanatismo. Siento que todo eso está volviendo con las redes sociales”, destaca Diego Montaldo, historiador de concursos de belleza y profesor de oratoria.
Durante la noche final, alrededor de 15 millones de personas sintoniza el programa. Es decir, la mitad del país está “pegada” viendo la producción del canal de La Colina. Durante años, el certamen es el programa más visto en la televisión criolla. Nada ha podido vencer el increíble rating que cosecha.
“En el exterior, una razón por la que nos conocen es por las misses, uno de los elementos que identifica a toda una nación. Las telenovelas pasaron a segundo plano para ser desbancadas por estas muñecas de carne y hueso que en esta época paralizan el país. La noche final siempre genera expectativas, todos quieren saber cómo se vestirán las animadoras, de qué va el show, quién cantará... Todo eso llama la atención”, recalca el periodista de “Portada’s”, Daniel Uzcátegui.
El concurso siempre será una vitrina para que las empresas y marcas promocionen sus productos. Todas las mujeres van a querer tener el cabello igual a ellas, lucir una piel tersa, vestir y peinarse igual, es parte del imaginario colectivo. En el mercado, champúes, toallas sanitarias, zapatos, pantalones, sandwiches, jamones, cremas, desodorantes y maquillajes utilizan la imagen de las misses para captar la atención de las clientas. Hay quienes señalan que el evento se convierte en un “Super Bowl” criollo, en el que los empresarios se pelean por ganar pantalla. Alrededor de 40 productos protagonizan las publicidades. Pantene, Always, Downy, Gillette, Oral-B, Bimbo Diet, Oster, Migurt, BOD, Samsung, Beducen, Traki, Afrin, RS21, Coricidin Fort, Twistos y L’Bel son algunas de las marcas que se promocionan en la coronación y en los eventos previos.
“Estos meses son una gran oportunidad para atraer nuevas compradoras. La temporada es la predilecta por los empresarios para lanzar ediciones especiales y productos pensados exclusivamente para mujeres”, aclara la publicista zuliana Mireilli Mota.
Para el diseñador de modas Jackson de La Peña, el certamen representa para el venezolano lo mismo que el fútbol lo es para los brasileros. “Aquí es el eje del entretenimiento, una de las pocas opciones que tienen los espectadores para distraerse”, exclama el “fashionista”.
El contacto de las misses con el público se hace más estrecho luego de que estas saltan a la televisión y hacen carrera como actriz o animadora. Se crea una especie de lazo que une al televidente con estas mujeres. Obviamente conocen su historia y los antecedentes que las llevaron a la pantalla.
“Uno de los más grandes ejemplos es el caso Mónica Spear, una reina de belleza que fue asesinada a principios de año y enlutó a todo el país. El crimen impactó demasiado en la sociedad, ¿por qué? Pues porque somos un país de misses, las vemos crecer en la televisión, se hacen parte de la familia y creemos que son nuestras”, explica el productor de teatro y TV Daniel Ferrer.
Año tras año, el Miss Venezuela no solo se convierte en la fábrica de reinas, el “horno” de las futuras artistas de nuestra TV, sino también en el foco de la distracción del venezolano. Esa noche “tan linda” queda en el recuerdo de este país que no se cansa de rendirle culto a las más bellas del mundo. (Diario Panorama).