Tres camionetas transportan un tesoro nacional en medio del tráfico por el regreso a clases. A las 8:30 am, con el debido resguardo, se abren las puertas de las bóvedas rodantes frente a la sede de El Nacional. Una a una, desfilaron sobre el asfalto las 25 mujeres. Su identidad queda reducida al nombre de la región geográfica que llevan en el pecho. Se acomodan alfabéticamente en las escaleras. El tráfico se paraliza mientras los curiosos tratan de identificar a las jóvenes. Son las candidatas del Miss Venezuela 2014.
La simpatía las acompaña, a pesar de que están despiertas desde las 4:00 am. Extensiones, maquillaje y laca fueron parte del desayuno con el que alimentaron su belleza desde temprano. Los tacones les sirven de pedestal, aunque nunca se sabe cuándo pueden traicionar. Ese fue el caso de Nitya Ardila, Miss Delta Amacuro. Fue la última en unirse al grupo, pues una torcedura de tobillo mantuvo en stand by su participación. Los médicos le dieron luz verde y desde el jueves forma parte del conjunto.
Todas lucen cabelleras radiantes, menos una, Jennifer Saa, Miss Falcón. La joven tomó la decisión de raparse hace tres años. “Esa característica puede ser un arma de doble filo. Es la segunda vez que hay una mujer rapada en el Miss Venezuela. Es un gran compromiso romper con los paradigmas para que la gente vea que no hay un prototipo de belleza. Rapadas, chiquitas, altas, la mujer venezolana es hermosa como sea”.
En el grupo se ven dos candidatas parecidas, pero en distintas versiones: una rubia, Emilia Rojas, Miss Nueva Esparta; y una morena, Yraima Rojas, Miss Sucre. Las morochas dicen que han crecido en un clima de competencia, pues desde pequeñas siempre participaron en las mismas categorías de las disciplinas deportivas. Sin embargo, Emilia va un paso adelante, pues ganó la banda de Belleza Saludable en la Gala interactiva. “No siento que tenga ventaja sobre mi hermana por haber ganado esa mención. La banda que importa es la del Miss Venezuela y estamos luchando las dos por eso”, señala.
Ellas concursarán el 9 de octubre junto con Stefany Merlín, Miss Barinas, quien lleva calcado en su rostro pocos rasgos de su madre, Helena Merlín, quien representó el mismo estado en 1975. Una fuerte depresión la condujo al mundo de las drogas, del que se rehabilitó años después en Cuba. La joven aclara que su participación forma parte de una meta personal. “El sueño de ser Miss Venezuela es mío. Mi mamá me da tips todos los días, está muy pendiente. Me dice que me pare erguida y que piense en algo gracioso si me cuesta sonreír. Estoy aquí por mis logros, no quiero destacar por la historia de mi mamá”.
Las cinco misses que podrían entrar en el cuadro final son Miss Anzoátegui, Edymar Martínez; Miss Guárico, Mariana Jiménez; Miss Falcón, Jennifer Saa; Miss Amazonas, Maira Alexandra Rodríguez; y Miss Costa Oriental, Maria José Marcano. (El Nacional).