"La perfección no existe", asegura categóricamente la actriz Carolina Perpetuo a propósito del personaje que interpreta en la telenovela de Leonardo Padrón, La Mujer Perfecta. En la historia encarna a Renata Volcán una experta en materia de belleza. Creadora de las más grandes y exitosas modelos, que han conquistado pasarelas y concursos internacionales. De hecho, ella en sus años mozos fue Miss también, pero no logró conquistar ningún título importante. A pesar de no tener tanto éxito como modelo, supo rentabilizar su experiencia al convertirse en la directora de una prestigiosa academia de modelaje. Está casada con el cirujano plástico Felipe Sanabria, interpretado por el actor Guillermo García.
Carolina Perpetuo señaló que para ella poder trabajar en una obra de Leonardo Padrón es un privilegio, y se siente cómoda con cualquiera de los personajes creados por él, "porque sé que actoralmente voy a tener la oportunidad de hacer algo interesante. Con sus personajes siempre se genera un feedback de parte del público, eso quiere decir que el trabajo es exitoso, le llega a la gente, y eso es un logro para cualquier actor".
Actualmente, la artista divide su tiempo entre los estudios de grabación, el cuidado de su hijo Aitor y el teatro, con la obra "Esperando el Italiano", en la que actúa junto a Dora Mazzone, Caridad Canelón, Marisol Matheus y Hernán Marcano. "La verdad que para mi ha sido fuerte porque son varias responsabilidades que tengo que comandar, y no es fácil si eres madre, un hijo te exige atención, y yo con mi hijo soy bastante celosa. Estoy muy estresada, pero trato de llevarlo con calma y no desesperarme".
- ¿Qué bondades tiene para ti tu personaje?
- Me encanta que Renata y yo nos parecemos en que somos mujeres de temperamento, y por otro lado, es una antítesis mía. Renata vende su negocio y su talento a través de su imagen, porque ella es una vendedora de belleza. Yo no podría ser así, como una valla publicitaria ambulante de la belleza. Me parece que es tan exigente, casi como una tiranía, eso de estar producida, con un gran peinado y maquillada, desde la mañana hasta la noche. Puede ser muy rico un día, pero todos los días me parece terrible. Yo no podría. Yo me maquillo para ocasiones de trabajo, pero en mi vida cotidiana me hecho un protector solar y ya. Me gusta ir cómoda, de mono y zapatos de goma. Nada de andar entaconada, pienso que la simplicidad tiene también una gran belleza.
- ¿Qué te parece la historia?
- Me encanta. Yo desde que leí los primeros 10 capítulos le dejé saber a Leonardo que me encantaba, porque la historia tiene mucho enganche, y tiene todo para complacer todos los gustos. Refleja muchas realidades, las ansias que tiene la gente de alcanzar la fama, y a Renata no le gusta eso, por eso les dice a todas las chicas de la academia que ellas quieren ser modelos, actrices famosas, misses y cantantes, y eso no se logra comiendo chicle nada más. Para tener grandes logros, hay que hacer grandes esfuerzos, tener mucha disciplina y aplome. Mucha gente quiere ser muchas cosas al menor esfuerzo y esa ecuación no funciona.
- ¿Carolina le teme al paso del tiempo como Renata?
- Nada que ver. Yo más bien agradezco el paso del tiempo, porque eso significa que estás viviendo. Los años que uno ha vivido se fueron, lo que te queda es lo que viene.
- ¿Qué piensas de las mujeres que recurren a cualquier cosa con tal de ser perfectamente bellas?
- Creo que en la sociedad latinoamericana y en el mundo occidental hay una gran presión social por conservar la belleza y la juventud. Se ha vuelto como un culto, eso es algo antinatural. No es que estoy en contra de que la gente se cuide, se quiera ver bien, pero hay mucha gente que se va al extremo y paga un precio muy alto por conservar la belleza y la juventud, pues recurren a innumerables cirugías que terminan desfigurándolos, que en lugar de llegar a la perfección, se deforman, y no saben ni quienes son. Hay problema gravísimos de autoestima, son personas que están desconectadas de su esencia y de su verdadero ser.
- ¿Qué cualidades debe tener una mujer perfecta?
- Yo creo que la perfección no existe. La perfección es la negación de la vida, pues algo perfecto es algo que no tiene más para donde ir, que llegó a su punto máximo, a su tope, ya murió. En cambio lo que es la vida en sí, en todos sus aspectos, está en un permanente proceso dinámico de evolución, está en movimiento, en progreso, en desarrollo. Entonces la verdadera perfección está en aceptar que somos imperfectos, y dentro de esas imperfecciones tratar de ser cada día mejor, no más bello, sino mejores personas.
- Cuéntanos un poco sobre el proyecto de teatro que recientemente estrenaste…
- Es una obra llamada "Esperando al italiano", es una de las joyas de la dramaturgia nacional. Una pieza de Mariela Romero, que se escribió hace 25 años, y que se estrenó en Ateneo de Caracas hace 22 años. La han montado en Alemania, en Nueva York, y se ha ganado muchos premios. Es una obra ambientada en los años 80, y presenta la historia de tres amigas, que están en la madurez de su vida. Ellas se reúnen todos los sábados para hacer un alto en sus vidas cotidianas, para refrescar sus carencias, sus frustraciones, sus amarguras, sus expectativas, memorias y recuerdos. Se reúnen a esperar a un italiano, que ellas deciden alquilar, al hacer una cooperativa para buscarse a un amante que pudieran turnarse cada una un fin de semana. Es una comedia que no le tiene miedo al drama, la gente se va a reír muchísimo, pero también hay aspectos que van hacer que el público trague grueso. Esta pieza teatral me cautivó desde el principio porque yo conocí a la persona que inspiró la historia que fue Rosalía Romero, la mamá de Mariela Romero, la escritora.
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